miércoles, 18 de noviembre de 2009

Contradictorios

Así somos. Queremos una cosa y hacemos lo contrario. Muy a menudo uno se vive preso de contradicciones. Proponiendo lo que no vives. Anunciando lo que no sabes muy bien cómo creer. Criticando lo que uno mismo hace.
Las personas somos complejas. Quizás eso es lo que hace que la vida sea tan impredecible, para lo bueno y para lo malo. Pero que no falte la capacidad de perseguir el bien, aunque sea con pies de barro. Que no falte un corazón que, aunque a veces se lastime, sea capaz de arder con pasión y encender el mundo.

1. Los pies de barro...

Yo repuse: “¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho” (Jer 1, 6)

Uno se siente a menudo débil. Incapaz. Tan limitado… Miras alrededor y te parece que todo el mundo es mucho más fuerte, más sabio, más sensato, más lúcido. Te parece que hasta tus lágrimas son tontas. Piensas en qué dirían los otros si te conociesen de verdad (“seguro que pasarían de mí”). Pesa la sensación de ser solo fachada, de no dejar que haya quien entre a ese mundo interior en el que todo es un poco más difícil.

Quieres volar y te ves atado al suelo. Quieres soñar, y velas despierto. Quieres amar, y te ves frío. Quieres cantar, y no sale la voz. Pero no hay que quemarse por ello, pues todos tenemos los pies de barro.

¿Cuáles son tus “quiero y no puedo”? ¿Aceptas los pies de barro de tus gentes?

2. ...y el corazón de fuego

El Señor me contestó: “No digas que eres un muchacho: que a donde yo te envíe, irás; lo que yo te mande, lo dirás. No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte” (Jer 1,7-8)

Pero, al mismo tiempo, sigue siendo verdad la vida que corre por uno. Y a ratos el sueño toma forma, y el amor se hace abrazo, y remontas vuelo. A veces el evangelio sí que ilumina.

Y entonces no importa la propia debilidad, sino la fortaleza de Dios y de los otros, que ayudan a que uno mismo sea pura pasión, y justicia, y encuentro. Entonces recuerdas por qué peleas. Entonces la risa es sonora, y los ojos brillan, y te vuelves casa para tantos. Y tu palabra es caricia que aquieta.
¿Cuándo te sientes vida, fuego, pasión? ¿Qué te hace “arder”?

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Salmo 103 (adaptación)

Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi ser a su santo nombre
Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.

El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias
rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad
y compasión.

Dios nos sacia de bienes
en la adolescencia
y va renovando nuestros días,
nos inculca
una sabiduría diferente,
y nos enseña sus caminos.

El conoce nuestra condición
Sabe que somos barro,
pero un barro
que él va modelando
con manos de misericordia
y justicia, de paz y de amor.

Nuestra vida es una historia
breve, pero eterna,
aprendemos a vivir
en tu presencia,
a descubrir tus obras,
a vislumbrar tus gestos,
a seguir tus huellas.

Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi ser a su santo nombre
Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.


CRECER EN EL MUNDO
Y aprender a verlo con ojos más sabios, con un poco más de realismo, el realismo que no te paraliza, sino que te anima a luchar por lo posible. Con una consciencia más lúcida de los límites y las posibilidades. Con un corazón compasivo, es decir, capaz de entender ese mundo con sus matices y sus sutilezas. Huyendo de las simplificaciones y aceptando la complejidad que suele definir nuestras relaciones, nuestros estudios y trabajos, nuestros proyectos… Descifrando tu presencia en las personas, tu cruz en las tragedias, tu bienaventuranza en tantos rostros. Abriendo puertas y ventanas, para no quedarme en un mundo estrecho.

CRECER HACIA DIOS
Que no me bastan las oraciones de mi infancia. Que las búsquedas necesitan nuevas respuestas, y mis inquietudes necesitan una Presencia que consuele y ayude. Que las imágenes que tengo de Ti, siempre incompletas, vayan cambiando y llenándose de matices, y que aprenda a entender un poco más de quién eres, tu lógica y tu Reino, tu llamada y tu palabra que resuena en todos los rincones. Claro que necesito que tú te hagas más grande en mi horizonte. Un poco más. Siempre.

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Camina, Señor, conmigo

Caminaré siempre en tu presencia
por el camino de la vida.
Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya.
Caminaré a pie descalzo,
con el único gozo
de saber que eres mi tesoro.
Toma mis manos, hazlas acogedoras
Toma mi corazón, hazlo ardiente.
Toma mis pies, hazlos incansables.
Toma mis ojos, hazlos transparentes.
Toma mis horas grises, hazlas novedad.
Hazte compañero inseparable de mis caídas y tribulaciones
Y enséñame a gozar en el camino
de las pequeñas cosas que me regalas,
sabiendo siempre ir más allá
sin quedarme en las cunetas de los caminos.
Toma mis cansancios, hazlos tuyos.
Toma mis veredas, hazlas tu camino.
Toma mis mentiras, hazlas verdad.
Toma mis muertes, hazlas vida.
Toma mi pobreza, hazla tu riqueza.
Toma mi obediencia, hazla tu gozo.
Toma mi nada, haz lo que quieras.
Toma mi familia, hazla tuya.
Toma mis pecados.
Toma mis faltas de amor,
mis eternas omisiones,
mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras.
Camina, Señor, conmigo;
Acércate a mis pisadas.
Hazme nuevo en la donación,
alegría en la entrega
gozo desbordante al dar la vida,
al gastarse en tu servicio. Amén

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sábado, 1 de agosto de 2009

Salmo 151

Señor, aquí estoy,
tengo miedo, pero se que tu me cuidas
y no me pides nada que no sea capaz de darte.

Quiero confiar en ti y dejarme guiar tan solo por tus pasos...
pero me pierdo en mis cosas,
quiero controlarlo todo por si acaso sale mal,
y me olvido que tu lo puedes todo,
que no hay nada por pequeño que sea
que se escape a tu mirada.
Me cuesta creer que si te dejo tu me darás lo que necesito,
porque conoces mejor que yo lo que me hace falta.

Quiero abandonarme en tus manos y no temer nada,
quiero dejar de asegurarme de todo,
quiero dejar atrás mis miedos que me impiden mirarte a los ojos;
porque nada es imposible para ti;
porque tu estás conmigo invitándome a volar".



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martes, 14 de julio de 2009

Salmo de los dos caminos

Aquí estoy, Señor Jesús, a la vera del camino, sin camino;
mis pasos buscan tus huellas donde poner mis pisadas
la vida y la muerte están ante mí como un reto;

el bien y el mal se cruzan en mi corazón de joven
que sin descanso busca, pide y llama.

Yo quiero ser dichoso, Señor Jesús, hombre en camino;
yo quiero ser libre con la libertad de tu Evangelio;
libre en opción sincera y decidida a tu Palabra

Quiero dejar atrás las llamadas opresoras del dinero,
del poder, del placer, de lo que en el fondo es nada.
Quiero hacer de tu Evangelio norma de vida
y escucharlo día y noche hasta que penetre el fondo del alma.

Quiero ser, Señor Jesús, como el árbol que crece junto al río
y bebe en profundidad y hondura en las corrientes del agua.
Quiero dar en su tiempo frutos de paz y bien,

y dejar que las semillas que has sembrado en mí se abran.
No dejes jamás, Señor, que se marchiten mis hojas verdes,
ni que el viento las arranque, una a una, de sus ramas.

Quiero seguir el camino del hombre nuevo,
del hombre que dice sí a la vida y con tesón la guarda.

Quiero ser hombre de espíritu que luche contra la carne
y que haga del amor la Carta Magna,
la Ley fundamental de tu Reino abierto al corazón del joven
en desafío radical, una a una, de tus Bienaventuranzas.

No me dejes caminar por el camino de Caín, que lleva sangre;
y que a cada paso deja las señales del que mata;
no quiero ser como paja que lleva el viento
y hace de ella un juego fácil entre sus alas.

Quiero ser desde mis raíces y mi historia de ilusiones y fracasos,
desde mis luchas y mis crisis un camino de esperanza
abierto hacia la Vida eterna, donde tú moras
y donde esperas con un corazón de amigo, mi llegada.

Tú eres, Señor Jesús, el camino de un corazón joven;
el camino de Abel, el camino de la vida en la cruz entregada
por la salvación del hombre, de todo hombre que busca
en ti la respuesta cierta y segura en la encrucijada.

Señor Jesús, contigo se hace el camino suave y ligero,
al llevar entre tú y yo ?los dos juntos? esta pesada carga.
Quiero ser discípulo tuyo, y aprender de ti, Maestro,
a ser libre como el viento, en tu Espíritu, que guía y salva.

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viernes, 10 de julio de 2009

Salmo para comenzar el dia

Al tocar la luz del día mis ojos, Señor,
mi corazón se levanta hacia ti en busca de tu mirada.
Escucha las palabras de quien siente la vida de nuevo,

y estate atento, Señor; sé cercano a mi mano abierta.
Da respuesta a mi pregunta; ayúdame en mi inquietud,
tú que eres mi Señor y mi Dios, en quien yo confío.

A ti abro mi ser, mis ganas de vivir, mi despertar:
de mañana, en tus manos pongo mis miedos y mis ilusiones;
de mañana, en tus ojos pongo la pureza y sinceridad
de mi búsqueda;
de mañana, en tu camino quiero dirigir mis pasos.
Oye mi voz, Señor, tú que eres bueno y compasivo
y alienta mi vida que busca en ti luz y calor.

Guíame, Señor, tú que eres bueno y santo;
guíame hacia la luz y que camine como hijo de la luz;
guíame y allana mi camino para que sea fiel a tu Ley.

Que tu camino, Señor, sea hoy la pasión de mi corazón joven,
y que tu Espíritu Santo me ayude en cada paso.
Que mi boca, Señor, sea hoy la expresión de mi interior;
que mis palabras arranquen de lo profundo y sean verdaderas.

Señor, dame un corazón limpio para que te pueda ver;
Señor, dame un corazón de pobre para que viva hoy tu Reino;
Señor, dame un corazón misericordioso
para que derrame misericordia.

Señor, dame un corazón lleno de paz para que sea hijo tuyo;
Señor, dame un corazón que tenga hambre y sed de justicia
para que sea saciado y haga tu voluntad;

Señor, dame un corazón manso para que posea la tierra.
Que mi corazón se alegre y se regocije hoy,
porque todo lo espero de ti, Señor Dios mío.


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martes, 7 de julio de 2009

Te necesito a ti

¡Te necesito a Ti, sólo a Ti!
Deja que lo repita sin cansarse mi corazón.
Los demás deseos que día y noche me embargan
son falsos y vanos hasta sus entrañas.

Como la noche esconde en su oscuridad
la súplica de la luz,
así en la oscuridad de mi inconsciencia
resuena este grito:
¡Te necesito a Ti, sólo a Ti!

Como la tormenta está buscando la paz
cuando golpea la paz con su poderío,
así mi rebelión golpea tu amor y grita:
¡Te necesito a Ti, sólo a Ti!
Rabindranath Tagore


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domingo, 5 de julio de 2009

Salmo de la presencia de Dios

Señor, tú me sondeas,
me penetras y me conoces;
sabes de mi vida más que nadie;
lo sabes todo.

Cuando me siento, allí te tengo;
cuando me acuesto, allí estás;
donde quiera que esté
tú te haces siempre presente.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!

Cuando voy de camino,
cuando corro como un loco;
cuando huyo de mí mismo
buscando lo que no encuentros;
cuando llamo a una y otra puerta
y todas se me cierran,
donde quiera que vaya o huya,
allí presente estás tú.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!

Tú conoces los pensamientos
de mi corazón;
tú sabes de los deseos limpios
o confusos de mi alma;
tú estás al tanto de las tensiones
o conflictos de mi vida;
tú sientes mi dolor cuando quiero ocultarlo: en el dolor estás tú.
¡Tú estás aquí: dios, tú eres Amor!

Cuando la crisis me aprieta
y me siento desesperado;
cuando la prueba me golpea
y me siento cansado y solo;
cuando la soledad
y el absurdo llaman a mi puerta,
en medio de mi agitación y confusión,
de nuevo está tú.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!

¿A dónde iré, Señor, que pueda alejarme de ti y no verte?
¿A dónde huiré y pueda dejar a mis espaldas tu rostro?
¿A dónde caminaré que no encuentre tus huellas en el camino?
Donde quiera que vaya , allí, donde yo llego, estás tú.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!

Si cierro mis ojos
y miro en lo profundo de mi mismo;
si peregrino a lo más secreto
y hondo de mi corazón;
si hago silencio
y escucho dentro de mí una palabra,
allí te siento, allí te oigo,
allí en mi interior estás tú.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!

Cuando me encuentro conmigo mismo
y me sondeo a fondo;
cuando toco mis sentimientos
y palpo mi corazón joven;
cuando callo
y me dejo surgir como realmente soy,
en lo profundo de mi ser joven estás y surges tú.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!

Siempre tú; siempre tú, vaya donde vaya;
tu presencia inunda mi vida y todo cuanto existe.
Porque eres Amor lo llenas todo, lo vives todo, lo sabes todo;
porque eres Amor te encuentro siempre a mi lado, peregrino.
¡Tú estás aquí: Dios, tú eres Amor!


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viernes, 3 de julio de 2009

Tarde te amé. San Agustín


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miércoles, 1 de julio de 2009

Un adelanto del cielo


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domingo, 21 de junio de 2009

Si yo fuera limpio de corazón descubriría…

Que todos somos obra de Dios, llevamos algo de bueno en el corazón.
Que todos valemos la pena, y nos queda algo de la imagen de Dios.
Que a todos hay que darles otra oportunidad.

Que todos somos dignos de amor, justicia, libertad, perdón.
Que todos somos dignos de compasión, respeto y de muchos derechos.
Que todas las criaturas son mis hermanas.
Que la creación es obra maravillosa de Dios.

Que no hay razón para levantar barreras, cerrar fronteras.
Que no hay razón para ninguna clase de discriminación.
Que no hay razón para el fanatismo y para no dialogar con alguien.
Que no hay razón para maldecir, juzgar y condenar a nadie.
Que no hay razón para matar, ni para el racismo.

Que todos los ancianos tienen un caudal de sabiduría, y los jóvenes, de ideales.
Que los adolescentes tienen un caudal de planes, y los niños, de amor.
Que las mujeres tienen un caudal de fortaleza, y los enfermos, de paciencia.
Que los pobres tienen un caudal de riqueza,
y los discapacitados, de capacidades.

Que hay razón para tender puentes, dar a todos la paz, trabajar por la paz,
amar y defender la creación.
Que hay razón para ser hermanos y seguir siendo amigos.
Que hay razón para sonreír a todos.
Que hay razón para dar a todos los buenos días, dar a todos la mano,
intentar de nuevo hacerlo todo mejor.

Que hay razón para seguir viviendo, para vivir en comunidad.
Que hay razón para prestar un oído a lo que dicen los demás.
Que hay razón para servir, amar, sufrir.
Que hay razón para muchas cosas más.

Tomado de pastoralsj

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martes, 16 de junio de 2009

Pasión por el reino enamorado

Tú te has acercado,
has soplado sobre los rescoldos
de mi corazón,
y luz, calor, fuego y vida
han surgido gratis
inundando todo mi ser.
Derribaré cuanto se interponga
entre nosotros:
mis miedos, mis apegos, mis trampas,
mis seguridades, mis murallas,
mis pecados, mis conciertos,
mi insensatez...
y hasta mis pensamientos sobre ti.
Te dejaré entrar
hasta las alcobas más íntimas.
No te retendré en el umbral.
Despojado de todo,
excepto de mi deseo por ti,
te esperaré despierto,
arado,
desnudo,
limpio,
enamorado...
Sólo quiero la brisa de tu presencia
y el abrazo de tu amor. (Ulibarri, Fl.)

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domingo, 7 de junio de 2009

Orar en la semana de la Trinidad. Ciclo B


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sábado, 6 de junio de 2009

La Trinidad misericordiosa

Os invitamos a un rato de oración con LA TRINIDAD MISERICORDIOSA
1.- CONTEMPLEMOS LA IMAGEN:
Se han hecho muchas representaciones de la Trinidad. Podemos traer a la memoria algunas de ellas...

pero aquí nos vamos a detener en esta imagen y a seguir, delante de ella, el modelo de contemplación ignaciana: meternos dentro “como si presente me hallara”.

El Misterio de la Trinidad nos envuelve (como lo hacen el aire y la luz y no lo percibimos nada más que cuando nos falta), así creemos que “en El vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,28), aunque no siempre seamos conscientes de ello.
Es Misterio no conceptual, sino experimental. Huyamos de ideas y conceptos y tratemos de entrar en este Misterio de Comunión, que es Amor y Vida.
Pidamos, como nos dice S. Ignacio, “conocimiento interno” de Dios-Trinidad para “mejor amarle y servirle”. El icono no es para racionalizar, sino para dejarnos impregnar por su luz, para que hable él, no nosotros.

1.1 ¿QUE VEMOS EN ESTE MISTERIO?

Al PADRE: ¿Quién es el Padre?

Antes de nada, recordemos las palabras de Jesús: “Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar”
¡Pedir al Hijo que nos lo revele!. Nosotros no podemos conocerle, sino es por revelación del Hijo.
Es el “Padre de la misericordia”. Así le llama S. Pablo y así aparece repetidas veces sobre todo en el Evangelio. Así se nos muestra en el icono, a la derecha de la imagen. ¿No nos evoca la figura del Padre de hijo pródigo?
Es el Padre-Amor, “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo...” y “El Padre mismo os quiere”- nos dice Jesús.
Es el Padre-Providente: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, El os lo dará...” “El Padre sabe lo que necesitáis...” “El Padre trabaja siempre”
Es el Abba (papaíto) como lo llama Jesús.(Cf. Lc. 22, 41)

Partamos ahora de nuestra experiencia:
Contemplemos al Padre en este Icono, qué gestos hace? Cómo acoge?... Me identifico y siento cómo me acoge, ¿qué me dice?

Reflexiono:
¿Quién es el Padre para mí? ¿Cómo lo experimento? ¿Qué Nombre doy a mi Padre?
¿He experimentado a Dios como Padre? Cuándo?. Revivo la experiencia.

EL HIJO: ¿Quién es el Hijo?

Es el Hijo AMADO del Padre. Así es presentado por el Padre: “Tú eres mi Hijo AMADO, en Ti me complazco”. “El Padre AMA al Hijo y todo lo ha puesto en sus manos...”.
Es el ENTREGADO: Enviado, el Misionero del Padre: “Tanto amó Dios al mundo que ENTREGÓ a su Hijo Único para salvarlo”. “El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo ENTREGÓ a la muerte por nosotros”.
Repetidas veces se llama Jesús así...y define su Misión como la encomendada por el Padre. Todo el Evangelio está impregnado de esta convicción: “Yo he bajado del Cielo para hacer la Voluntad de mi Padre”
Es El SERVIDOR, el OBEDIENTE: Es consecuencia de lo anterior: “No he venido a ser servido sino a SERVIR”.
Contemplemos así a Jesús en este Icono. Está de rodillas, SIRVIENDO (Cf Jn 13, 1-17); está besando los pies del hombre... El beso es el signo de amor. ¿No nos evoca la escena del lavatorio de los pies?
Podríamos detenernos en nuestra experiencia de Cristo:
¿Quien es Cristo para mí?
¿Me dejo servir por Cristo? ¿No tendrá que reprocharme como a Pedro?(Cf. Jn. 13,8) (Quizá el único pecado es no dejarse salvar por El)

EL ESPIRITU SANTO: Quién es el Espíritu Santo?

“El que procede del Padre y del Hijo”, decimos en el Credo. Es decir, el que crea la COMUNIÓN del Padre y el Hijo. Y el que nos hace entrar en COMUNIÓN con las Divinas Personas, entre nosotros y con el Cosmos. El es el que nos envía a la Misión. El que nos hace hijos en el Hijo. El que nos introduce en la COMUNIÓN cósmica, es decir, con toda la Creación.
La espiritualidad de comunión es vivir esta relación cósmica. Todos estamos relacionados. El Espíritu es quien nos hace personas espirituales y genera en nosotros vida espiritual.
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos visto y oído, lo que contemplaron nuestro ojos (...) os lo anunciamos para que estéis en COMUNIÓN con nosotros y esta COMUNIÓN es con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (Cf. 1ª Jn.)
¿Quién realiza esta COMUNIÓN?: EL ESPÍRITU SANTO
Contemplemos al Espíritu en este icono, está en medio, cae directamente al centro de la escena, a la persona... y detengámonos en nuestra experiencia del Espíritu.
Al Espíritu Santo se le han dado muchos nombre: Abogado, Consolador, Paráclito,... (Cf. Secuencia de Pentecostés)
Reflexionemos
¿Quién es para mí el Espíritu Santo?
¿Qué Nombre le daría yo por la experiencia que tengo del Él?
¿Qué experiencia de espiritualidad tengo?

1.2 ¿QUE HACEN ESTAS TRES PERSONAS?

En el Icono vemos a la Trinidad-Amor que se vuelca en el hombre: El Padre le sostiene, el Hijo le besa - formando una línea inclinada- y el Espíritu se derrama sobre él. La Trinidad se mete hasta lo hondo, se SOLIDARIZA con el hombre, se COMPROMETE.
¡Esta es la verdadera solidaridad, la verdadera COMUNIÓN: Misterio de la Encarnación, que nunca acabaremos de comprenderlo!...
Tres son los Misterios centrales de nuestra fe: la Trinidad, La Encarnación y la Eucaristía. Y aquí los podemos encontrar representados....
La Trinidad es el Misterio de los Misterios: Está “inclinada” hacia el hombre... Dios “PIERDE” PODER para “GANAR” COMUNIÓN. Es el juego del gana-pierde del Evangelio.
Contemplemos la “mirada” de Dios-Trinidad al mundo(según la intuición de S. Ignacio): Es mirada SALVADORA, se implica. “El Señor no se olvida del grito de los pobres” Nos ve “como ovejas sin pastor... “ y el HIJO SE HACE HOMBRE!.
La Trinidad es Familia. Están unidas en el AMOR. Pero no es un amor que se quede en ellos, sino que se hace solidario: Es el Misterio de la Encarnación.
Repasamos la Palabra de Dios como: “Se hizo uno de tantos...” “Tomó la condición de siervo...” “Se hizo carne” “Cargó con nuestros pecados” “ No se avergüenza de llamarnos hermanos...”. “He aquí que vengo, Padre, a cumplir tu Voluntad”. “Se hizo pecado”.
Es con este hombre, esencialmente llamado a la relación con otros hombres, con el Cosmos, con Dios... pero también capaz de decir ¡No! y de generar injusticias y opresión entre sus semejantes. Está, por tanto, caído en su dignidad. Es con este hombre con quien Dios Trinidad se compromete estableciendo una relación de liberación.

¡ Reflexionemos sobre nuestro proceso de encarnación...!

Contemplemos el “Icono” Y después echemos la mirada al interior.
Pecado es vivir como si el “otro” no existiera:
¿Cómo veo yo al mundo? ¿Y al hombre?
¿Cómo me comprometo yo con el hombre concreto de hoy, con el mundo al que estoy llamado a liberar?
Y todo esto se supedita a la aceptación de una Mujer: MARIA Inmaculada. María entra ya en el Misterio desde la “raíz”, por su FIAT.

MIRADA AL SER HUMANO ¿Quién es?
Son los millones de seres humanos en la miseria... Los injustamente tratados por la vida: personas degradadas, ultrajadas,...
Y las personas “heridas” de mi familia, cercanas a mí... que están maltratadas por la vida y no han curado las heridas: las más sensibles, débiles, distintas, jóvenes o mayores, los enfermos física o psíquicamente. Pongamos rostro a ese hombre caído. ¡Es mi hermano!.
Es Cristo en cualquiera de mis hermanos que me dice: “Lo que hagáis con uno de estos, a mí me lo hacéis”
Es María: la primera redimida.
Y soy yo: con mi historia, mis heridas, mi realidad.
¡Este es el Misterio!. La Trinidad nos envuelve y nos mete en su vida, para compartir su misma Vida y Amor.
Detengámonos y dejémonos penetrar del Misterio donde estoy metido/a. Situarme dentro: soy el centro de las miradas y atenciones de Dios. El Padre me acoge, me sostiene...el Hijo me besa...el E.S. me comunica Fuerza, Vida.
Esta es la visión antropológica. Afirmar la grandeza de la criatura humana no significa ignorar su fragilidad.

2. Resonancias en nuestra vida

Miremos ahora a Pedro Bienvenido:

2.1.- Experiencia de Padre en Pedro Bienvenido

2.2.- Experiencia de Cristo en Pedro Bienvenido

2.3.- Experiencia del Espíritu Santo en Pedro Bienvenido

3.-EN LA HISTORIA CONGREGACIONAL

Siguiendo los pasos y enseñanzas de Pedro Bienvenido pedimos insistentemente “la Bendición del Padre, el Amor del Hijo y la Gracia del Espíritu Santo, sean con nosotros ahora y siempre”.
Es algo más que una fórmula hecha, es un itinerario de vida cristiana que Pedro Bienvenido vivió y nos encomienda. Podemos recorrer nuestro Itinerario espiritual, a partir de nuestra experiencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Procedemos de una BENDICIÓN y anhelamos esa BENDICIÓN
«Yo soy el que soy» (Ex 3,13-14).
Gen. 12
Ef. 1,3-5. 13-14

Vivimos ENAMORADA/OS (en-el-amor) de Cristo.
Sin Cristo, nuestra vida no tiene sentido. El nos sedujo, nos llamó y estamos en camino de seguimiento: Cristo es nuestro Principio y Fin, Alfa y Omega.
3.- El Espíritu Santo es quien nos con-figura con Cristo, según el Proyecto del Padre. El es el que cada día nos renueva la esperanza, quien nos ilumina, guía y orienta. El es nuestro consolador...¡Sin El nada podemos hacer!. Este es el don que hemos de pedir cada día y no se nos negará. (Cf. Lc. 11,13)
Este Icono se nombra: El ICONO DE LA TRINIDAD MISERICORDIOSA y nos puede ayudar a tener una contemplación sobre la Misericordia.

Pensemos:
¿Cómo ser parábola de la misericordia de Dios en nuestro mundo?
¿Cómo ser reflejo de la Trinidad:
Del Padre-Providencia;
del Hijo-Salvador;
del Espíritu Santo-Consolador?

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miércoles, 3 de junio de 2009

El 5 de Junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente - ORACIÓN -

El día 5 de Junio es un día importante para todas las personas de nuestra aldea global, pero especialmente para todos los que estamos empeñados en vivir la Buena Nueva de paz y justicia. El Día Mundial del Medioambiente fue establecido por al Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 y se ha ido conmemorando cada año en una ciudad distinta con una exposición internacional, durante la semana del 5 de Junio. Este año México será la anfitriona de los eventos.

Se le invita y se le pide que comparta con los miembros de su comunidad la oración para este día, que aquí se incluye. La han preparado los miembros de la Comisión para la Justicia, Paz e Integridad de la Creación de USG/UISG de Roma. El sueño de sus miembros es que los religiosos consagrados de todo el mundo no solamente tengan conocimiento de este día, sino que se unan en oración con nuestros hermanos y hermanas, amigos y colaboradores de todos los rincones del mundo. Por esto les animamos a que adapten y usen esta oración en cada uno de los ministerios y lugares donde trabajan.

Os facilitamos el enlace de una oración para dicho día. AQUI

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martes, 2 de junio de 2009

Caminar en el Espíritu

Espíritu Santo,
eres viento:
llévame donde quieras;

eres brisa:
déjame respirar lo nuevo;

eres fuerza:
levántame del suelo;

eres vida:
dame pasión por la vida;

eres alimento:
nútreme de tu savia;

eres luz:
ilumíname con tus rayos;

eres calor:
calienta mi existencia;

eres libertad:
hazme libre;

eres fecundidad:
cúbreme con tu sombra;

eres agua viva:
dame de beber;

eres respuesta:
dame fuerza para decir sí
al Padre,
al Hijo
y a ti, Espíritu Santo.


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domingo, 31 de mayo de 2009

Ven, Espritu Santo

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sábado, 30 de mayo de 2009

El toque de Espíritu

El Espíritu Santo ya ha venido a nosotr@ s,pero quiere seguir viniendo.
El Espíritu Santo nos ha regalado sus dones, pero quiere seguir regalando.


El Espíritu Santo nos ha hecho gustar la Palabra de Jesús
pero quiere seguir enseñándonos.


El toque del Espíritu convierte el agua en vino, la ley en Evangelio.
Las obligaciones pesadas en cargas suaves.
El pesimismo en esperanza y la tristeza en ilusión.
Cambia las profesiones en vocaciones y la autoridad en servicio.
El toque del Espíritu transforma a las personas en herman@ s.

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miércoles, 27 de mayo de 2009

Dones del Espíritu Santo


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sábado, 23 de mayo de 2009

Vigilia de Pentecostés


La imagen mejor del día de Pentecostés es la imagen de la “nueva creación”. Es posible una nueva creación, es posible la novedad, es posible el hombre nuevo, es posible la aspiración secreta que el hombre lleva dentro, es posible una raza nueva de profetas que anuncien la obra de Dios en el mundo, es posible la renovación interior del hombre, es posible un NUEVA HUMANIDAD que nace llena del Espíritu Santo.

En un ambiente de fiesta y de esperanza, sean nuestras actitudes principales las de la pobreza, acogida y súplica intensa.
Pobreza, porque sin el reconocimiento de nuestro vacío no viene el Espíritu. Es el Padre de los pobres, no de los ricos.

Acogida, porque el Espíritu viene con huésped, como amigo, y hay que abrirle la casa con toda la disponibilidad.
Súplica, que es hija de la necesidad y del deseo, pidiendo con fuerza y con fe la venida del Espíritu a nosotros, a la comunidad, a la Iglesia.
Aquí te ofrecemos la celebración completa.

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jueves, 21 de mayo de 2009

Desde el centro del mundo

"Desde el centro del mundo, en el que Él se adentró al morir, construyen las nuevas fuerzas una tierra transfigurada.

En lo más profundo, la realidad ya ha sido vencida, la banalidad, el pecado y la muerte, pero se requiere todavía el pequeño tiempo que llamamos la historia después de Cristo hasta que en todas partes, y no solo en su cuerpo, se deje ver lo que ya ha acontecido realmente.

Porque Él no comenzó a salvar, a curar, a transfigurar el mundo en los síntomas de la superficie sino en las raíces más internas, nosotros, gentes de la superficie, pensamos que no ha pasado nada.

Porque aún siguen corriendo las aguas del sufrimiento y de la culpa suponemos que aún no ha sido vencido el manantial del que brotan. Porque la maldad sigue trazando arrugas en el rostro de la tierra, deducimos que en el corazón más profundo de la realidad ha muerto el amor. Pero todo es apariencia, aunque la tomemos por la realidad de la vida.

Resucitado, está en el esfuerzo anónimo de todas las criaturas que, sin saberlo, se esfuerzan por participar en la glorificación de su cuerpo. Está en cada lágrima y en cada muerte como el júbilo y la vida escondidos que vencen cuando parecen morir. Por eso nosotros, hijos de esta tierra, tenemos que amarla. Aunque sea todavía terrible y nos torture con su penuria y su sometimiento a la muerte”

Karl Rahner. sj

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martes, 19 de mayo de 2009

La nueva vida que nace

Es tiempo de celebrar, alegrarse y compartir.CELEBRAR, aunque, fuera, la vida siga amenazando de muerte y los golpes sufridos sigan doliendo, y las heridas padecidas sigan sangrando. Dejar que la experiencia del Dios vivo llegue a los niveles más hondos y despierte, allá en lo profundo, alegrías enterradas, entregas aún pendientes y nombres por los que aún seguir luchando......
Descarga la oración completa aquí

Texto oculto

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jueves, 14 de mayo de 2009

El peregrino de Emaús


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lunes, 11 de mayo de 2009

Testamento de Jesús de Nazaret


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sábado, 9 de mayo de 2009

Portadores de vida

Hay armas que son bien conocidas de todos, por su influencia negativa, por su capacidad destructiva. El hombre sigue investigando posibilidades armamentísticas cada vez más siniestras, eficaces y contundentes. El dinero empleado en la industria armamentística nos pone los pelos de punta, llegando a ser uno de los negocios más importantes de nuestro tiempo. Pero las armas destructivas, no se reducen a las que se emplean en la guerra...
Hay mucho arsenal destructivo encerrado en las bodegas interiores de nuestro rencor, dolor, envidia, odio, etc. etc. Sin darnos cuenta, nuestras palabras, miradas, gestos, silencios, son armas que dañan, que hieren. No negamos la fuerza y la vigencia de todo este poder negativo que tiene el ser humano.
Pero hay una fuerza mayor, menos detonadora, menos visible, menos espectacular, y, sin embargo, más creadora, más renovadora, más necesaria, aunque menos comercial, y es la capacidad misteriosa que tiene el ser humano de bendecir, de provocar la vida, de poner en pie y entresacar la verdad, la dignidad escondida bajo la ceniza del tiempo, del cansancio, del desamor. Hay seres humanos, de carne y hueso que son en sí mismos, bendición silenciosa, y crean vida.
Esta es nuestra invitación de hoy, para este tiempo de pascua. Vamos a crear un gran ejército de gente humilde, capaces de bendecir en silencio, de dar paso a la vida, de mirar más al fondo, y soplar sobre las cenizas y avivar lo que nace...“Bendecir significa desear, querer incondicionalmente, totalmente, sin reserva alguna el bien ilimitado –para los demás y para los acontecimientos de la vida-, haciéndolo aflorar de las fuentes más profundas y más íntimas de vuestro ser.Esto significa venerar y considerar con total admiración lo que es siempre un don del Creador, sean cuales fueren las apariencias.
Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en él con profundo reconocimiento, evocarle con gratuidad.
Significa además llamar a la felicidad para que venga sobre él, dado que nosotros no somos nunca la fuente de la bendición, sino los testigos gozosos de la abundancia de la vida” (El arte de bendecir, Pierre Pradervand),
Cuando vayas por la calle, al cruzar cerca de un hospital, lleva tu corazón a esas personas enfermas y ponlas en la mirada de Dios, cuando pases por una cárcel, por un colegio donde estudian los niños, por cualquier lugar... piensa en quienes allí viven, y llévalos a tu corazón y de tu corazón a Dios.
Cuando alguien llega a ti y te duele, ponle en la mirada de Él, que sabrá hacer. A todos los de tu familia, uno por uno repasa su rostro, su nombre ante Él.Cuando te cruzas por la calle con cualquier persona, eleva su vida hacia aquel que la creó y bendice a Dios por su vida... Verás cómo rebrota la alegría... A alguien que te caiga especialmente mal, bendícele, verás cómo un viento de gozo misterioso te renueva por dentro la sonrisa... Pruébalo y me dices.

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martes, 5 de mayo de 2009

Oración de Dios

Me doy un paseo por los barrios, entro en casas, prisiones, en el metro, en chabolas, en salones oscuros y solitarios... veo el mundo. Los ojos y los corazones se vuelven a Mi con interrogantes de angustia, soledad, necesidad, desorientación... y quiero dar respuesta.

Miro al mundo y me vuelvo a ti, hombre, para rezarte, para orarte y convocarte, para poner ante ti todas estas realidades, para que veas por mis ojos y sientas con mi corazón.


Necesito tus oídos porque quiero escuchar las historias de los 80 años de Rosario, y devolverle una sonrisa para que sepa que no está sola, que no sobra.

Necesito tus brazos porque quiero dar un abrazo y proteger al niño que mira asustado al mundo que le agrede.

Necesito tus palabras porque quiero saludar y llamar por su nombre a José, el que pide en la puerta del metro y es invisible para los ojos de los que vais corriendo detrás del reloj.

Necesito tus manos porque quiero darle una palmada de ánimo a David, que a pesar de sus recaídas lleva 15 días sin consumir.

Necesito tu trabajo porque quiero meter la mano en el bolsillo y ayudar a María, que trabaja sin parar y a su marido Manuel que lleva 5 años en paro y tienen tres niños.

Necesito tu corazón porque quiero acoger a Reinaldo, que tuvo que dejar su país porque no tenía futuro y se ha convertido en un sin papeles.

Te necesito a ti porque quiero explicarles a Marta y Juan que a pesar de que no pueden comprar un piso, Yo tengo un mensaje de amor y libertad para ellos. Te necesito a ti porque quiero acariciar al que no recibe caricias, nombrar al que no tiene nombre, gritar con el olvidado, cantar con el que está alegre y luchar con el que lucha por la justicia.

Necesito que les digas que son el centro de mi Reino, te rezo para que seas mis manos, mis ojos, mis oídos y mi boca.

JOAQUÍN AUTRÁN. http://www.ciberiglesia.net/

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jueves, 30 de abril de 2009

Tu rostro en cada esquina

Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.
Que vea reír al desheredado,
con risa alegre y renacida
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo
Que en otro vea a mi hermano,
en el espejo, un apóstol
y en mi interior te vislumbre.

Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos
hacia lugares sin ti.

Señor, que vea…
… que vea tu rostro en cada esquina.

José M. R. Olaizola

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martes, 28 de abril de 2009

Oración por la Paz

Señor, que tu voz resuene en el corazón
de todos los hombres y mujeres,
llamados a seguir el camino
de la reconciliación y la paz,
y a ser misericordiosos como tú.

Señor, tú diriges palabras de paz a tu pueblo
y a todos los que se convierten a ti de corazón.
Te pedimos por los pueblos en guerra,
ayúdales a derribar las barreras
de la hostilidad y de la división
y a construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.

... LOS QUE CONSTRUYEN LA PAZ...


Señor, tú creas cielos nuevos y una tierra nueva.
Te encomendamos a los jóvenes de todo el mundo.
En su corazón aspiran a un futuro más luminoso;
fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz
y mensajeros de una nueva esperanza para sus pueblos.


Te pedimos de modo especial por las autoridades
responsables de esta nueva amenaza de guerra.
Concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia;
no permitas que se desanimen en su ardua tarea
de construir la paz duradera,
que anhelan todos los pueblos.

...PORQUE SERÁN LLAMADOS...

Padre misericordioso, que todos los creyentes
encuentren la valentía de perdonarse unos a otros,
a fin de que se curen las heridas del pasado
y no sean un pretexto
para nuevos sufrimientos en el presente.

A la Madre de Jesús,
la bienaventurada siempre Virgen María,
le encomendamos a los hombres y a las mujeres
que viven en la Tierra.
Que, con un solo corazón y una sola mente,
trabajen para que el mundo sea
una verdadera casa para todos sus pueblos.

¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!

Amén.

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viernes, 24 de abril de 2009

ENCUENTRO FRATERNO. Lc 15,1-3; 11-32

Al tiempo, el hermano Mayor también reflexiona y se deja coger por la ternura del Padre. Así escribe a su hermano Menor

Cada mañana temprano, me enteré después, salía el Padre a buscarte, y tú, mientras tanto, justificando tu regreso. ¡Cuánto tiempo gastado en argumentar acciones, cuánta vida perdida bajo el temor, qué lejos estabas de imaginar lo que él deseaba: tu vuelta! Ni siquiera yo comprendía lo que llegó a sufrir durante tu ausencia. ¡Sabía tan poco de su corazón...! Desde que te fuiste te cerré definitivamente la puerta de casa. Confieso que no me importaba tu situación, tenías lo que te habías buscado.


¡Recuerdo tanto aquel día! Yo volvía del campo cuando oí la música y la alegría. No me lo podía creer, no era justo. Me contaron que fue corriendo hacia ti en cuanto te vio aparecer, con el riesgo de haberse caído, con lo mayor que está ya; que te cubrió de besos, que no te dejó dar explicaciones y que te hizo aparecer hermoso y muy amado a los ojos de todos: el mejor vestido, las sandalias, el anillo... y una fiesta desmedida.


Tú, desbordado por la acogida, sólo sabías llorar, pronunciar su nombre y mirarle a los ojos como nunca lo habías hecho. Creías que te iba a recibir como jornalero y te baña en el gozo del hijo predilecto... ¡Qué poco conocíamos su corazón!


Yo, sin ganas de verte, dolido ante la desmesura, me puse a pedirle cuentas del por qué de tanta dicha. Eras su hijo pero no mi hermano. Hasta el novillo cebado había matado para ti; y yo, viviendo en casa, no había podido disfrutarlo...


Creo que fue entonces cuando empecé a intuir algo: "Tu siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo -me dijo con lágrimas en los ojos- pero convenía alegrarse... porque ese hermano tuyo estaba perdido y ha sido hallado". Y me di cuenta, de pronto, de que yo estaba mucho más perdido de lo que habías estado tú, mucho más muerto que tu; ciego para celebrar tu vida recobrada, con el corazón endurecido por el cumplimiento y embotado por la costumbre, cerrado al asombro y al agradecimiento...


Tú habías malgastado lo suyo, pero yo ni siquiera había sido capaz de reconocer lo que el Padre había hecho por nosotros. Sentí entonces tanta necesidad de dejarme perdonar, de salir yo también corriendo hacia él y hacia ti... Ahora sé que incansablemente, día tras día, con una paciencia inagotable y confiada, el Padre aguarda hasta que queramos volver y ésta es su mayor alegría. El nos espera hasta abrazarnos. ¡Bienvenido a casa! Gracias a tu vuelta también yo he descubierto el corazón del Padre.
¡Recuerdo tanto aquel día! Yo volvía del campo cuando oí la música y la alegría. No me lo podía creer, no era justo. Me contaron que fue corriendo hacia ti en cuanto te vio aparecer, con el riesgo de haberse caído, con lo mayor que está ya; que te cubrió de besos, que no te dejó dar explicaciones y que te hizo aparecer hermoso y muy amado a los ojos de todos: el mejor vestido, las sandalias, el anillo... y una fiesta desmedida.


Tú, desbordado por la acogida, sólo sabías llorar, pronunciar su nombre y mirarle a los ojos como nunca lo habías hecho. Creías que te iba a recibir como jornalero y te baña en el gozo del hijo predilecto... ¡Qué poco conocíamos su corazón!


Yo, sin ganas de verte, dolido ante la desmesura, me puse a pedirle cuentas del por qué de tanta dicha. Eras su hijo pero no mi hermano. Hasta el novillo cebado había matado para ti; y yo, viviendo en casa, no había podido disfrutarlo...


Creo que fue entonces cuando empecé a intuir algo: "Tu siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo -me dijo con lágrimas en los ojos- pero convenía alegrarse... porque ese hermano tuyo estaba perdido y ha sido hallado". Y me di cuenta, de pronto, de que yo estaba mucho más perdido de lo que habías estado tú, mucho más muerto que tu; ciego para celebrar tu vida recobrada, con el corazón endurecido por el cumplimiento y embotado por la costumbre, cerrado al asombro y al agradecimiento...

Tú habías malgastado lo suyo, pero yo ni siquiera había sido capaz de reconocer lo que el Padre había hecho por nosotros. Sentí entonces tanta necesidad de dejarme perdonar, de salir yo también corriendo hacia él y hacia ti... Ahora sé que incansablemente, día tras día, con una paciencia inagotable y confiada, el Padre aguarda hasta que queramos volver y ésta es su mayor alegría. El nos espera hasta abrazarnos. ¡Bienvenido a casa! Gracias a tu vuelta también yo he descubierto el corazón del Padre.

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jueves, 23 de abril de 2009

¿Dónde estás, RESUCITADO?

¿Dónde estás, RESUCITADO?
En la lluvia y en la flor,
en el gozo y en la pena
y en el beso del amor (...).
¿Dónde estás, suplico, AMIGO?

En la noche de la espera,
en el alba de la vida,
en el viento de la sierra,
en la tarde despoblada,
en el sueño que no sueña,
en la niña enamorada,
en el hambre desgarrada
y en el pan para la mesa,
en el hombre que me busca
y en aquel que se me aleja,
en el canto del hogar
y en el llanto de la guerra,
en el gozo compartido
y en la aislada amarga pena (...).

En el silencio sellado
y en el grito de protesta,
en la cruz de cada día
y en la muerte que se acerca,
en la luz de la otra Orillay en mi Amor como respuesta.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Vivo y camino en la tierra
peregrino hacia Emaús
para sentarme a tu mesa,
que al partir de nuevo el pan
descubrirás mi Presencia.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Estoy aquí con vosotros,
con el alma en flor despierta
en esta Pascua de Amor
galopando por las venas
de vuestra sangre empapada
de un Dios que vive y que sueña.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Desnúdate a la sorpresa,
abre los ojos y mira
hacia dentro y hacia fuera,
que en el lagar del dolor
y en la noria del amor,
Yo, tu Dios, llamo a la puerta.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Resucitado a tu vera.
Gritad conmigo: ¡Aleluya!
Ha merecido la pena.
Seréis testigos, amigos,
de esta verdad verdadera:
RESUCITÉ DEL SEPULCRO
Y CIELO SE HIZO LA TIERRA.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
En tu vida es la respuesta.

(Antonio Bellido Almeida, Mérida)

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miércoles, 22 de abril de 2009

ORACIÓN POR LA PAZ. POR EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE


1. Monición
Celebramos hoy el “Día de la Tierra”, cuya integridad está seriamente amenazada. Es verdad que cada vez nos tomamos más en serio la protección de la naturaleza, pero esto no quita para que globalmente el panorama sea preocupante.
Vamos a tratar de integrar nuestra oración en la relación que mantenemos con la naturaleza, la creación, el medio ambiente. Podemos decir que la relación con Dios y con los demás suele estar bastante bien integrada en nuestra oración. Pero, por regla general, nos cuesta más expresar nuestra relación con la naturaleza, las plantas y los animales. Y, sin embargo, están ahí. No les debemos nada. Son nuestros y disfrutamos de ellos, como si no tuvieran una entidad y dignidad propias...
Hoy, pues, vamos a tratar de rezar con la creación.
Nos dejamos impregnar por sentimientos de alabanza, agradecimiento, humildad, arrepentimiento por nuestra falta de cuidado...
Damos gracias a Dios por la vida, por las personas con que convivimos... por los animales, las plantas... Somos parte de la creación y nos acercamos a ella con respeto y humildad... Qué grande es el misterio que rodea al universo, los espacios, el tiempo, las personas... La presencia de Dios no es evidente en todo ello; su dedo toca las cosas como si no las tocara, dejando a la creación que crezca y se desarrolle en la libertad y en la responsabilidad... Su presencia es humilde... discreta. Adorémosle y démosle gracias y pidámosle que nos haga responsables de la creación que ha puesto en nuestras manos..

2. Canto

3. Oración

Padre del Universo, tú estás en el origen de todo lo que nos rodea, visible e invisible. Estás presente en la creación, pero tu presencia es discreta y nos resulta difícil descubrirla. Ayúdanos a conocerte y amarte en todas las cosas, en las personas, en los animales, en las plantas. Te damos gracias y bendecimos tu nombre. Tú nos has encomendado esta obra tuya, para que la perfeccionemos y la usemos en bien de todos. No permitas que utilicemos la creación para beneficio nuestro en menoscabo del de los demás. Haznos pequeños y humildes ante la grandiosidad de lo que nos rodea. Tú, que formas parte de la creación, y eres el agua y el pan de vida, sacia nuestra sed y hambre de Ti, transfórmanos y transforma esta vida mortal en vida, que nunca acaba. Te lo pedimos en nombre de Jesús, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los Siglos de los siglos. Amen.

El proyecto de Dios para todo lo creado

4. LECTURAS

1. Lectura del relato de la creación Gén. 1, 1-31a (en su momento se sacarán al centro agua, flores, frutos y, si es posible, algún pájaro)


Monición: Leeremos ahora el relato bíblico de la creación. La Tierra creada por Dios, donde ha dejado su huella y su proyecto de vida para todos. La creación es la mano visible de Dios, huella de la inteligencia y de la bondad de un Padre que quiere lo mejor para sus criaturas.

2. Lectura de la carta del jefe indio Seattle que, en 1855, dirigió al Presidente de los Estados Unidos:

“¿Cómo intentar comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? La idea nos resulta extraña. Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi gente. Cada aguja brillante de pino, cada ribera arenosa, cada niebla, cada claridad y zumbido de insecto, es santo en la memoria y vivencia de mi gente.
Sabemos que el hombre blanco no entiende nuestras razones. Una porción de tierra es lo mismo para él, que la siguiente; la tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado se retira de allí. Su apetito devorará la tierra y dejará detrás sólo un desierto. La sola vista de sus ciudades, llena de pánico los ojos de un piel roja: pero quizás esto es, porque el piel roja es un “salvaje y no entiende”…
El Indio prefiere el agradable sonido del viento, olfatear el viento limpio, por un mediodía de lluvia. El hombre blanco parece no notar el aliento del aire…
Si decidiera aceptar la propuesta del Gran Jefe de Washington, lo haría con una condición: el hombre blanco debe tratar a las bestias de esta tierra como a sus propios hermanos. Yo soy un salvaje y no entiendo ninguna otra forma. He visto millares de búfalos muertos por el hombre blanco para que pudiera pasar un tren, búfalos que nosotros matábamos sólo para poder sobrevivir. Cualquier cosa que les pase a los animales le pasará también al hombre, pues todos los seres están relacionados. Cualquier cosa que acontezca a la tierra acontecerá también a sus hijos…
Sabemos una cosa: nuestro Dios es su mismo Dios. Ustedes piensan ahora que poseen a Dios como desean poseer nuestra tierra, pero no puede ser. La tierra es algo muy precioso para Él y el detrimento de la Tierra es un desprecio para el Creador.
Tal vez entenderíamos, si supiéramos lo que el hombre blanco sueña ¿qué visiones arden en sus pensamientos? ¿qué desean para el mañana? Pero nosotros somos salvajes y los sueños del hombre blanco están ocultos para nosotros…
Si les vendemos nuestra tierra, ámenla como nosotros la hemos amado, preocúpense de ella, mantengan la tierra, presérvenla para sus hijos y ámenla como Dios nos ama a todos nosotros. Una cosa sabemos: su Dios es nuestro Dios. La tierra es preciosa para Él…”

Un tiempo de silencio

5. El proyecto de Dios es maravilloso pero la realidad de nuestro mundo es preocupante. Veamos algunos datos (leídos entre dos):

- Según estimaciones científicas, habrá un incremento de la temperatura entre 1,5ºC y 3,5ºC de aquí al año 2100.
- El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente prevé que el nivel del mar se eleve 6 cm. cada diez años en el curso del próximo siglo.
- Cada año son destruidas más de 17 millones de hectáreas de bosques tropicales y templados (eso equivale a la tercera parte de la superficie de España).
- El agua potable de cerca de 1.200 millones de personas está contaminada.

Se saca una lata de gasolina, se echa algo en el agua y se deja allí

- Los combustibles fósiles satisfacen aún el 85 % de la demanda energética del planeta. Cada año se liberan a la atmósfera 6.000 millones de toneladas de dióxido de carbono. Su concentración en la atmósfera se ha incrementado más de un 25%.
- La desertificación progresa de manera alarmante.

(Se saca un poco de tierra)

- La degradación del suelo afecta a casi 2.000 millones de hectáreas, perjudicando así el sustento de 1.000 millones de personas en tierras áridas.
- Las radiaciones producidas por la industria nuclear suponen una nueva amenaza para la vida sobre la Tierra.
- Hoy el ritmo de extinción actual de las especies naturales es mil veces mayor de lo normal. Cada año desaparecen más de 50.000 especies de plantas y animales.
- Los países industrializados producen 800 kilos de basura anual por persona.

Se saca una bolsa de basura con basura dentro

- Más de mil millones de personas padece hambre en el mundo actual.

Verdaderamente la creación gime como con dolores de parto. Al principio Dios confió el cuidado de la Creación al ser humano: Y los bendijo Dios y les dijo: sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla. Dominad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre las bestias de la tierra (Gn 28). Y el ser humano aceptó el encargo. Pero el ser humano ha descuidado este encargo; más aún: lo ha traicionado. El 10 de junio de 2002, el Papa Juan Pablo II y el patriarca de la Iglesia ortodoxa griega Bartolomé I hicieron una declaración conjunta –la Declaración de Venecia– en la que lo manifestaban con claridad:

Un lector/a:

En el comienzo de la historia, el hombre y la mujer pecaron con su desobediencia a Dios y con su rechazo de su designio para la creación. Una de las consecuencias de este primer pecado fue la destrucción de la armonía original de la creación. Si examinamos atentamente la crisis social y ambiental a la que se enfrenta la comunidad mundial, tenemos que llegar a la conclusión de que todavía seguimos traicionando el mandato que nos ha dado Dios: ser administradores llamados a colaborar con Dios en el cuidado de la creación con santidad y sabiduría.
(...) Es necesario un acto de arrepentimiento por nuestra parte y un intento renovado de vernos a nosotros mismos, unos a otros, y al mundo que nos rodea desde la perspectiva del designio divino de la creación. No es solo un problema económico y tecnológico; es moral y espiritual.

6. Oración de perdón

Hoy nos hacemos solidarios de la responsabilidad colectiva que tenemos todos los seres humanos y elevamos nuestra oración de perdón a Dios, nuestro Padre y Creador.

(Leídas entre dos personas, alternándose. Se responde diciendo: PERDÓN, SEÑOR.)

• Perdón, Señor, porque hemos contaminado el aire, el viento y las nubes e incluso la atmósfera que nos rodea y protege.

• Perdón Señor porque hemos contaminado el agua a causa de nuestra negligencia y egoísmo y ni las personas, ni los animales pueden beberla sin peligro. Por nuestra culpa los peces mueren en el mar y los ríos están sucios e inhabitables.

• Perdón, Señor, porque la nuclearización se nos escapa de las manos a causa de nuestra inconsciencia volviéndose una amenaza. Perdón por los muertos de todas las guerras, sobre todo por las provocadas por nuestro país.

• Perdón, Señor, por la desertificación de nuestra tierra que hemos explotado, saqueado y hecho estéril para generaciones venideras. En nombre del progreso hemos permitido que sea envenenada y deforestada. Perdón, Señor, porque no hemos prestado atención a los clamores de nuestra hermana y madre tierra.

• Perdón Señor por nuestros juicios y prejuicios, por nuestras puertas, fronteras y corazones que se cierran, por nuestra falta de solidaridad con los pobres y oprimidos de nuestro país y del mundo entero.

• Perdón, Señor, porque, rehuimos la muerte, la nuestra y la de los demás, y a menudo abandonamos en su soledad a enfermos y moribundos. Perdón Señor porque traicionamos la vida por no haber creído en tu resurrección. Señor, purifica nuestra mirada y nuestro corazón; permítenos descubrir tu soplo en la naturaleza animada e inanimada y tu presencia en la historia enséñanos a conocerte mejor en todo y en todos. amen.

Se abre un turno de intervenciones. Podemos elevar nuestra oración en forma de:
- manifestación de dolor...
- arrepentimiento...
- confianza en Dios...
- petición de ayuda...)

7. Invocamos al Espíritu Santo

No basta el dolor y el arrepentimiento sin el propósito de enmienda. Pero a la vez nos damos cuenta de lo poco que podemos hacer. En esta última parte de la oración pedimos a Dios su Espíritu creador, para que nos aliente y ayude.

Se puede cantar o escuchar: Oh, Señor, envía tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra. O también El Señor os dará su Espíritu Santo

8. Bienaventuranzas de la fidelidad a la tierra (a dos coros)

Dichosos, dichosas... los pobres y humildes, indefensos, desdichados y oprimidos de la tierra; los que ponéis a la luz que la «civilización del progreso» y la «sociedad de la abundancia» están llenos de engaños, y declaráis que el ser humano, con todo su poder y con todas sus riquezas, no se basta a sí mismo; los que vivís aceptando que nada es verdaderamente vuestro -por muchas cosas que tengáis- salvo el amor; que devuelve la armonía al mundo. Os digo que ya poseéis el gozo del Reino de Dios.

Dichosos, dichosas porque sabéis disfrutar de la Naturaleza, y de todas sus ofrendas sin ejercer violencia ni generar destrucción; los que no os aprovecháis de la noche para pisar la hierba o matar los pájaros; los que no usáis la fuerza para ahogar el rumor del mar, ni para romper el éxtasis de la belleza; los que trabajáis siguiendo el ritmo de la vida. En verdad os digo que poseeréis la tierra.

Dichosos, dichosas... los que lloráis y sufrís por la miseria de tantos, por los campos asolados, por las especies olvidadas...Los que reconocéis que formáis parte-aunque una parte muy pequeña-del universo y lográis que toda su sinfonía se encienda y resuene en vuestro ser diminuto. Vuestras lágrimas beberán la luz de las estrellas, y vuestro sufrimiento expondrá al sol de Dios vuestro corazón.

Dichosos, dichosas... los que tenéis hambre y sed de un orden más justo...y no os conformáis con no participar, de cualquier modo, en la degradación del hombre y su morada, sino que buscáis con esfuerzo la superación de todo egoísmo, de toda injusticia, de toda violencia, hasta hacer de la tierra lugar de la vida, herencia fraterna. Os digo que participáis del gozo del Creador.

Dichosos, dichosas cuando prestáis ayuda a todo ser que alienta y procuráis su dominio con sabiduría y amor, cuando cultiváis con humildad la bondad de las cosas, cuando recuperáis la rama herida y devolvéis al aire al pájaro caído: los que no lleváis vuestro trabajo como un yugo, sino como encuentro de vuestra libertad con la libertad del universo. Dios mismo os prestará ayuda.

Dichosos, dichosas, los que tenéis los ojos limpios y ponéis sin temor el corazón a la intemperie; los que os entregáis con las fuentes, camináis con los ríos y miráis en la noche más allá de las estrellas; los que juntáis las manos para recoger la lluvia, los que no teméis del viento que ahogue vuestra voz. Porque en el reflejo de cada criatura encontraréis el reflejo del buen Dios.

Dichosos, dichosas... los que, como niños, dais de comer a las palomas en las plazas del mundo; los que desmanteláis los mísiles que amenazan a los pueblos; los que no os apuntáis a las guerras aunque os llamen cobardes; los que os ponéis delante de los tanques enarbolando una bandera blanca; los que con vuestra lucha y vuestro amor desbaratáis las semillas de toda violencia. Porque estáis animados por el Espíritu de Dios.

Dichosos, dichosas... los que sois perseguidos por ser fieles a la tierra; los que, por respetar su armonía, sufrís el látigo de la incomprensión; los que no os resignáis a vivir en una tierra extraña, donde mueren sin sentido el águila y el hombre, la risa y el paisaje; los que, en cada rincón de este planeta, descubrís la belleza y descalzáis vuestros pies, pues cada rincón es sagrado; los que decís que es posible una tierra hermana. Dios mismo será vuestra tierra.

Dichosos, dichosas seréis, si aprendéis a vivir sin matar, a crecer sin destruir, a caminar sin dejar desiertos detrás de vuestros pasos. Estad alegres y contentos, aunque tengáis que sufrir por ello. Vosotros hacéis posible la Tierra Nueva. No dudéis que Dios va a certificar vuestra obra.

9. Bendición final y Canto de despedida

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martes, 21 de abril de 2009

Si el amor nos hiciera poner
hombro con hombro,
fatiga con fatiga
y lágrima con lágrima.
Si nos hiciéramos unos.
Unos con otros.
Unos junto a otros.
Por encima del oro y de la nieve,
aún más allá del oro y de la espada.
Si hiciéramos un bloque sin fisura
con los seis mil millones
de rojos corazones que nos laten...
¡qué hermosa arquitectura
se alzaría del lodo!
Angela Figuera Aymerich
Tomado de http://www.pastoralsj.org/

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lunes, 20 de abril de 2009

Celebramos la creación

1. AMBIENTACION:
Hermanos y hermanas: La humanidad entera sufre, en estos tiempos, una crisis económica como consecuencia del egoísmo de muchos y de un sistema económico global basado únicamente en la búsqueda del beneficio y el lucro individual. Hablar hoy del “día de la Tierra” puede parecer una evasión, frente a realidades tan duras como estamos viviendo, aquí en España y, sobre todo, en los pueblos más empobrecidos del mundo. Sin embargo, ecología y justicia son hermanas gemelas, caras de una misma moneda. Celebrar hoy el Día de la Tierra es reivindicar un mundo justo global, que incluye la tierra como tal y quienes en ella habitamos y habitaremos, una tierra creada como lugar de la presencia y de la acción de Dios creador que ha dejado su huella y su proyecto de vida para todos. La creación es la mano visible de Dios, huella de la inteligencia y de la bondad de un Padre que quiere lo mejor para sus hijos. Dios es el Señor de toda la Creación.


2. Canto de inicio:

3. SALMO DE LAS MARAVILLAS DE DIOS (recitado a dos coros)

Te doy gracias, Señor, de todo corazón
mi espíritu se eleva en busca de tu grandeza;
eres maravilloso, único y admirable
en ti mi corazón se siente bien y en paz.
Tus obras son grandes: ¡tu misericordia con el pobre!
Tus obras son grandes: ¡tu ternura con el que cae!
Tus obras son grandes: ¡tu bondad con el que sufre!
Tus obras son grandes: ¡tu compasión con el marginado!

Las obras de tus manos son verdad y transparencia;
en ti, Señor, no hay doblez no hay engaño: eres verdadero.
Tu corazón Señor, es como la nieve en la cumbre, llena de pureza.
Tu corazón, Señor, es como las estrellas en la noche derrochando luz;
Tu corazón, Señor, es como la puesta del sol en el mar, irradiando paz;
Tu corazón, Señor, es como el lago escondido invitando a la quietud.

De todo coráz6n te doy gracias porque eres maravilloso en tus obras;
mi alabanza quiere proclamar tus maravillas una a una;
bendito seas, Señor, del corazón del hombre que te busca,
y entre sus fibras dejas las marcas profundas de tus huellas.

Maravilloso eres, Señor; maravilloso has estado conmigo.
Maravilloso eres, Señor, maravilloso en mi pobreza;
Maravilloso eres, Señor, maravilloso te siento en mi vida.
Maravilloso eres, Señor, maravilloso al llenarme de tus grandezas

(Salmo 110. Salmos de un corazón joven)

4. LECTURA DE LA PALABRA

1. De la carta de Pablo a los cristianos de Roma:

“De hecho, la humanidad otea impaciente aguardando a que se revele lo que es ser hijos de Dios; porque, aun sometida al fracaso (no por su gusto, sino por aquél que la sometió), esta misma humanidad abriga una esperanza: que se verá liberada de la esclavitud a la decadencia, para alcanzar la libertad y la gloria de los hijos de Dios.
Sabemos bien que hasta el presente la humanidad entera sigue lanzando un gemido universal con los dolores de su parto. Más aún, incluso nosotros, que poseemos el Espíritu como primicia, gemimos en lo íntimo a la espera de la plena condición de hijos, del rescate de nuestro ser, pues con esa esperanza nos salvaron”

Palabra de Dios

Dejamos un momento de silencio

2. De la Carta de la Tierra

“Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez mas interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.

… Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.

La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y forma de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimiento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas.

Dejamos un momento de silencio

5. PEDIMOS AL SEÑOR...
La sintonía con el Dios creador posibilita al ser humano el contacto con la naturaleza. La humanidad puede subsistir gracias a la. tierra que Dios le ha dado como regalo. Pero muchas veces los seres humanos lo ignoramos. Y la destruimos, destruyéndonos con ello a nosotros mismos. La idolatría de nuestro yo nos incapacita para captar el equilibrio natural. Nuestra actitud consumista nos lleva a contemplar la tierra con lascivia y egoísmo. Hay enemistad entre los seres humanos y la tierra, entre la humanidad y su Creador y, lógicamente, enemistad entre nosotros mismos. Esta enemistad comenzó muy pronto, como nos narra e1 libro del Génesis, y hoy se continúa:
en la destrucción de la naturaleza
- en la injusticia contra. el hombre,
en e1 mal reparto de los bienes que la tierra nos ofrece,
en el desamor...
Y nosotros: ¿Qué aportamos de vida. o de muerte a la naturaleza?
Pidamos perdón por nuestro pecado, por las veces en que contribuimos a crear un mundo hostil y difícil .Por nuestras injusticias ,por las veces en que hacemos de la ciencia un elemento manipulador.
PRECES ESPONTÁNEAS DE PERDON

6. Símbolo:

En la pared (o donde se esté teniendo la celebración) tenemos colgado el tronco de un árbol, se trata de que cada uno de los asistentes coloquen las hojas al mismo, manifestando su compromiso por cuidar de la hermana naturaleza.

7. Súplica de conversión a la vida ecológica (todos juntos)

Tú nos diste la vida para convivir
y nosotros lo llevamos todo a la muerte, a la guerra,
a la competencia y a la indiferencia.
Tú nos diste árboles y bosques
y nosotros estamos talándolos.
Tú diste la primavera a los pájaros y ríos a los peces,
y nosotros no hacemos más que contaminarlos
con los residuos de las industrias.

La primavera se hace amorfa
y los ríos quedan vacíos y el aire se corrompe.
Tú nos diste el equilibrio de la creación
y nosotros la hemos desequilibrado
y nos encaminamos al fracaso.
Nuestro tiempo pasa, Señor.
Danos tiempo para que podamos vivir.
Danos el valor de servir a la vida y no a la muerte.
Danos tu futuro a nosotros y a nuestros hijos.

J. MOLTMANN.
8. Canto final

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sábado, 18 de abril de 2009

VIVIR DE SU PRESENCIA

2 Pascua (B) Juan 20, 19-31. JOSÉ ANTONIO PAGOLA. SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 15/04/09.- El relato de Juan no puede ser más sugerente e interpelador. Sólo cuando ven a Jesús resucitado en medio de ellos, el grupo de discípulos se transforma. Recuperan la paz, desaparecen sus miedos, se llenan de una alegría desconocida, notan el aliento de Jesús sobre ellos y abren las puertas porque se sienten enviados a vivir la misma misión que él había recibido del Padre.
La crisis actual de la Iglesia, sus miedos y su falta de vigor espiritual tienen su origen a un nivel profundo. Con frecuencia, la idea de la resurrección de Jesús y de su presencia en medio de nosotros es más una doctrina pensada y predicada, que una experiencia vivida.
Cristo resucitado está en el centro de la Iglesia, pero su presencia viva no está arraigada en nosotros, no está incorporada a la sustancia de nuestras comunidades, no nutre de ordinario nuestros proyectos. Tras veinte siglos de cristianismo, Jesús no es conocido ni comprendido en su originalidad. No es amado ni seguido como lo fue por sus discípulos y discípulas.
Se nota enseguida cuando un grupo o una comunidad cristiana se siente como habitada por esa presencia invisible, pero real y activa de Cristo resucitado. No se contentan con seguir rutinariamente las directrices que regulan la vida eclesial. Poseen una sensibilidad especial para escuchar, buscar, recordar y aplicar el Evangelio de Jesús. Son los espacios más sanos y vivos de la Iglesia.
Nada ni nadie nos puede aportar hoy la fuerza, la alegría y la creatividad que necesitamos para enfrentarnos a una crisis sin precedentes, como puede hacerlo la presencia viva de Cristo resucitado. Privados de su vigor espiritual, no saldremos de nuestra pasividad casi innata, continuaremos con las puertas cerradas al mundo moderno, seguiremos haciendo «lo mandado», sin alegría ni convicción. ¿Dónde encontraremos la fuerza que necesitamos para recrear y reformar la Iglesia?
Hemos de reaccionar. Necesitamos de Jesús más que nunca. Necesitamos vivir de su presencia viva, recordar en toda ocasión sus criterios y su Espíritu, repensar constantemente su vida, dejarle ser el inspirador de nuestra acción. Él nos puede transmitir más luz y más fuerza que nadie. Él está en medio de nosotros comunicándonos su paz, su alegría y su Espíritu.

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viernes, 17 de abril de 2009

Venid benditos de mi Padre (Mateo 25,40)

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miércoles, 15 de abril de 2009

La tierra nueva

En la tierra nueva
las casas no tienen llaves
ni los muros rompen el mundo.
Nadie está solo.
No se habla mucho del amor,
pero se ama
con los ojos,
las manos,
y las entrañas.
Las lágrimas son fértiles,
la tristeza se ha ido
para no regresar,
y se ha llevado con ella
la pesada carga
del odio y los rencores,
la violencia y el orgullo.

Es extraña la puerta
que abre esa tierra:
es la sangre derramada
de quien se da sin límite,
es la paciencia infinita
de quien espera en la noche,
es la pasión desmedida
de un Dios entregado
por sus hijos; nosotros,
elegidos para habitar
esa tierra nueva.

José M. R. Olaizola

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